Publicado 11/07/2020 11:04

Mozambique.- El aumento de los ataques de Estado Islámico en el norte de Mozambique duplica los desplazados desde marzo

Mozambique.- El aumento de los ataques de Estado Islámico en el norte de Mozambi
Mozambique.- El aumento de los ataques de Estado Islámico en el norte de Mozambi - PIXABAY - Archivo

El grupo terrorista se erige en defensor de los musulmanes de la región y acusa al Ejército de abusos contra la población

MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

La filial de Estado Islámico que opera en el norte de Mozambique ha intensificado sus acciones en la provincia de Cabo Delgado desde marzo, con la toma de varias localidades en este periodo, lo que ha provocado que la cifra de desplazados por la incipiente violencia se duplique hasta los 250.000 actuales, según la ONU.

"La situación humanitaria en la provincia de Cabo Delgado se ha deteriorado rápidamente en los seis primeros meses de 2020 debido a la inseguridad y la violencia, a lo que se suman los embates climáticos", subraya la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en su último informe de situación. Esta región fue golpeada en 2019 por el ciclón 'Kenneth' y también registró importantes inundaciones meses después.

En marzo, según este organismo, había unos 110.000 desplazados en la región pero la cifra asciende ya a 250.000, muchos de los cuales se han visto desplazados en varias ocasiones. El principal motivo de este aumento son los cada vez más frecuentes ataques reivindicados por Estado Islámico en África Central (ISCA), la filial del grupo terrorista activa en el norte de Mozambique y el este de República Democrática del Congo (RDC).

Según destaca la OCHA en su informe, citando los datos del proyecto ACLED que hace un seguimiento de la violencia en el mundo, entre enero y junio hubo al menos 195 incidentes violentos en esta parte del país, con los distritos de Mocimboa da Praia, Muidumbe, Macomia y Quissanga entre los más golpeados.

De hecho, los milicianos se han hecho con el control de forma temporal de todas las ciudades que les dan nombre. En el caso de Mocimboa da Praia, fue escenario de un asalto a gran escala a finales de marzo, durante el que los yihadistas controlaron la ciudad durante algunos días, que ha vuelto a repetirse de nuevo el pasado 27 de junio.

Pese a que el Gobierno parece haber intensificado sus respuesta frente a los terroristas en los últimos meses, durante los que se ha anunciado la muerte de decenas de ellos en operaciones del Ejército --apoyado por una firma de seguridad sudafricana--, lo cierto es que los milicianos no parecen estar encontrando mucha resistencia a la hora de lanzar sus operaciones.

AUSENCIA DE LAS AUTORIDADES DEL ESTADO

En el caso del último ataque en Mocimboa, los milicianos se retiraron tres días después dejando una ciudad en ruinas. En declaraciones a una televisión local, su alcalde, Carlos Momba, ha reconocido que "no se están ofreciendo servicios, todo se ha detenido y ninguna de las instalaciones gubernamentales ha sobrevivido".

"No tenemos ni una sola infraestructura gubernamental en funcionamiento", ha precisado, lo que pone de manifiesto que para los milicianos el Estado es el enemigo a batir. A pesar de que la localidad están bajo control de las fuerzas de seguridad, tanto Momba como otros muchos residentes no han regresado aún tras huir y otros "fueron secuestrados por los terroristas".

La situación se repite en el distrito de Quissanga. Según su administrador, Bartolomeu Muibo, todas las instituciones del Estado y del Gobierno están cerradas y desde hace casi dos meses funcionan provisionalmente desde el distrito de Metuge. "Por razones obvias no es posible retomar nuestras actividades en el distrito", ha explicado al diario 'O Pais'.

Quissanga fue atacada el pasado 25 de marzo. Los terroristas han destruido los edificios gubernamentales y también habrían destruido todo el archivo oficial que había en el distrito. "Estamos intentando recuperarlo a partir de las informaciones que existen a nivel del gobierno provincial", ha precisado.

Como resalta Jasmine Opperman, analista de ACLED y experta en la situación en Mozambique, "el legado indeseado" de las acciones de Estado Islámico "hace que sea imposible para el Gobierno ofrecer sus servicios". "Hasta ahora los insurgentes no han intentado establecer estructuras de gobierno en la sombra", añaden en un mensaje en Twitter, comparando con ello a lo hecho por Estado Islámico en otros países.

EVOLUCIÓN DE LA AMENAZA

Cabo Delgado registró su primer ataque islamista en octubre de 2017, en Mocimboa da Praia. Inicialmente, las acciones eran atribuidas a un grupo islamista al que popularmente se conocía como Al Shabaab pero que no estaba relacionado con el grupo homónimo vinculado a Al Qaeda y que opera principalmente en Somalia.

Sin embargo, tras anunciar en abril la creación de ISCA, Estado Islámico reivindicó su primer ataque en el norte de Mozambique en junio, y desde entonces se ha atribuido la autoría de muchos más. Y prueba del interés que este país suscita en el grupo es que le dedicó su editorial en la revista 'Al Naba' el pasado 3 de julio.

En él, denuncia que el único interés que parece tener el Gobierno de Mozambique --al que tacha de "banda tiránica de ateos del comunismo"-- y los "cruzados" --en referencia tanto a Portugal como antigua potencia colonial como a Occidente en general-- son "sus enormes reservas de distintos recursos naturales y en los que invierten de forma conjunta empresas estadounidenses, francesa y sudafricanas" y también quieren entrar Rusia y China.

Asimismo, según la traducción que hace el experto Aymenn Jawad al Tamimi, denuncia las "torturas" de las que han sido víctimas los habitantes de la región, mayoritariamente musulmanes, a los que en muchos casos "se ha obligado a abandonar su religión", justificando así la "venganza de los soldados del califato".

ESTADO ISLÁMICO DENUNCIA LA "HOSTILIDAD" DEL EJÉRCITO

Por otra parte, acusa al Ejército de haber "incrementado su hostilidad contra la población de la zona en la que es derrotado, esperando con eso recuperar el prestigio que intenta imponer a los oprimidos mediante la tiranía y el terror". El resultado de ello es que "más musulmanes se unen a los soldados de Estado Islámico".

La denuncia de abusos por parte de las fuerzas mozambiqueñas no es nueva, ya que organizaciones como Human Rights Watch (HRW) han acusado al Ejército de violar los Derechos Humanos en sus acciones en la región. Tras el reciente ataque en Mocimboa da Praia, residentes han contado al medio 'Carta de Mozambique' que los soldados están cobrando extorsiones y robando pertenencias a la población, con el argumento de que apoyan a los yihadistas. También han denunciado ejecuciones de personas.

En su editorial, Estado Islámico también se refiere al apoyo fallido de milicianos rusos del Grupo Wagner --propiedad de un amigo del presidente Vladimir Putin-- y a que el Gobierno mozambiqueño estaría buscando ahora la ayuda de Sudáfrica, "antes de que los estados cruzados en Europa y América decidan enviar a sus fuerzas allí y convertir a la zona en un nuevo campo para la guerra contra Estado Islámico".

El grupo terrorista considera que Sudáfrica ya tiene suficientes problemas internos como para involucrarse mientras que subraya que el apoyo de los países de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) "no han estado al nivel" de lo que desea Mozambique.

"El resultado de todo esto es que los cruzados están perdidos, tienen miedo de que su gran intervención en esta guerra provoque que más musulmanes en Mozambique y su entorno se unan a los soldados del califato, especialmente dado que la hostilidad contra el islam y su gente en todos los países de la región es grande y antigua", subraya el artículo.

Igualmente, advierte de que se engañan al pesar que con su apoyo al Gobierno mozambiqueño podrán "proteger sus inversiones y garantizar la continuación del saqueo de los recursos de la región" y que "antes o después" se producirá la "victoria".