Actualizado 21/09/2018 08:43

¿Han llegado a su fin las negociaciones entre Colombia y el ELN?

ELN
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   BOGOTÁ, 20 Sep. (Notimérica) -

   El presiente de Colombia, Iván Duque, ha disuelto el equipo negociador que se encontraba inmerso en las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la mayor guerrilla activa del país. El fin de los diálogos con este colectivo podría suponer una intensificación de su actividad, lo cual repercutiría en toda la sociedad.

   A pesar de que continúan existiendo algunos grupos paramilitares y guerrilleros en territorio colombiano que no han cesado en su ejercicio de la violencia, desde la firma del Acuerdo de Paz entre la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, el ELN es el principal foco en el conflicto interno del país.

   Con las negociaciones encaminadas y después de varios contratiempos, el ELN dio muestras de su interés por mantenerse en la mesa de diálogo con el Gobierno de Santos. Sin embargo, la llegada de Iván Duque a la Presidencia de Colombia ha complicado las cosas. Sucesor del expresidente Álvaro Uribe, su visión respecto a las negociaciones de paz no es como la de Santos, a quien después del acuerdo con las FARC acusan de dar privilegios a los exguerrilleros frente a las víctimas.

   Asimismo, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunció su decisión de cesar a Ecuador como garante y sede de las negociaciones entre el Gobierno y el ELN por el secuestro y asesinato de tres periodistas ecuatorianos y el secuestro de otros dos por disidentes de las FARC liderados por el conocido como 'Guacho', quien opera principalmente en la frontera entre ambas naciones.

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   Por su parte, integrantes del ELN han denunciado en los últimos tiempos las intenciones del Gobierno de Duque de querer poner fin al proceso después de considerar "inaceptables" las condiciones impuestas para la reanudación de las negociaciones después de que el ya presidente solicitara un retraso de 30 días el inicio de estas para evaluar la situación junto a miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

   En las últimas horas, Duque ha confirmado que no habrá un nuevo equipo negociador de paz hasta que el ELN libere a todos los secuestrados y se comprometa a cesar sus acciones criminales. Las hostilidades entre ambas partes desde la llegada de Duque se han incrementado notablemente, al mismo tiempo que las acciones violentas y criminales no han cesado.

   ¿Se trata del fin de las negociaciones entre el Gobierno y el ELN? ¿Estará dispuesto el ELN a aceptar las medidas impuestas por Duque?

ANTECEDENTES

   En el marco de la política de reconciliación y cese de la lucha armada planteada por Santos, tras el éxito de las conversaciones con las FARC, el 7 de febrero de 2017 se iniciaron en la capital de Ecuador, Quito, las negociaciones y conversaciones de paz con representantes del ELN. Otros presidentes del país habían tratado de mantener conversaciones con anterioridad, como fue el caso de César Gaviria en los años 90, el de Andrés Pastrana o el de Álvaro Uribe.

   Sin embargo, en todos los casos previos las negociaciones fueron suspendidas. Así, con la llegada de Santos al poder y la puesta en marcha en 2012 de las conversaciones con las FARC, el entonces mandatario ofrece su incorporación al ELN. Un año después, Santos invitaría a la cúpula del ELN a llevar a cabo un diálogo a cambio de la liberación de secuestrados, pero no sería hasta 2016 cuando se iniciaría el proceso de negociación.

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   Después de que el ELN aprobara un cese al fuego unilateral a petición de la Organización de Estados Americanos (OEA) con motivo de la firma de los Acuerdos de Paz con las FARC, el 30 de marzo de 2016 se anunció en Caracas el inicio formal del proceso de paz entre ambas partes. Por el contrario, su puesta en marcha se retrasó debido a consecutivos ataques y secuestros por parte de la guerrilla, algo que el Gobierno de Santos se negó a pasar por alto.

   De esta forma, Santos solicitó como imprescindible la liberación del ex-congresista Odín Sánchez Montes de Oca, quien permanecía secuestrado en la selva colombiana después de que se llevara a cabo un cambio con su hermano, Fernando Sánchez Montes de Oca, gravemente enfermo durante su cautiverio. Hasta febrero de 2018 no tuvo lugar este hecho, al que contrariamente a lo esperado continuaron dándose secuestros y actos violentos por parte del ELN.

   Las negociaciones se desarrollaron dura nte los siguientes meses, culminando en un cese al fuego de 102 días a partir del 1 de octubre de 2017. "Hoy, 4 de septiembre, exactamente cinco años después de que anunciamos el acuerdo marco con las FARC que nos condujo a la paz con esa organización guerrillera vamos a firmar en Quito, después de intensas negociaciones que terminaron esta madrugada, un acuerdo para declarar un cese al fuego y de hostilidades bilateral con el ELN", dijo Santos públicamente.

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   Por el contrario, el primer alto al fuego no terminó como se esperaba. Según dijo el Gobierno, los problemas logísticos impidieron que las dos partes se reunieran a la hora programada el lunes 8 de enero, el día de antes del vencimiento de los 102 días, y los ataques del ELN se reiniciaron. Ante esto, el presidente Santos ordenó el 10 de enero la retirada del equipo negociador del Gobierno, y el 29 de enero directamente se suspendió la negociación de paz.

   Tras la insistencia del ELN de reanudar las conversaciones y entrar en el quinto ciclo del diálogo, el 12 de marzo de 2018 Santos ordena reiniciar el proceso, especialmente después de que la guerrilla cumpliera con el cese al fuego durante la jornada electoral. Las conversaciones continuaron, pero la llegada de Duque a la Presidencial ponía en riesgo todo lo anteriormente trabajado. Por esta razón, Juan Manuel Santos trató de acelerar el proceso, aunque sus intenciones fueron en vano.

   El 1 de agosto de 2018 se acabó el sexto ciclo de diálogo sin acordar el cese al fuego debido a "puntos sensibles" sobre los cuales las partes no llegaron a un acuerdo. La delegación del ELN dejó en manos del nuevo gobierno la negociación del cese al fuego y la continuidad de los diálogos, mientras los ataques han continuado.